Nach, un rapero social

Si hay un rapero que ha ido a su propio ritmo es Nach. Desde la grabación de su primera maqueta, este cantante compositor se tomó seis años para lanzar su primer álbum (En la brevedad de los días) y de allí nos sorprendió con una carrera imparable de disco tras disco que se detuvo en 2018, dejándonos a la expectativa y con la alegría momentánea de sacar uno que otro sencillo de cuando en cuanto, mientras sus seguidores esperan por más.

Esto no quiere decir que haya dejado de trabajar. En aquella época en la que solo producía maquetas, no dudó en hacer conciertos, jams y colaboraciones con grandes como SFDK, Nerviozzo o Expresión en Conserva y ahora sigue trabajando a su manera, hasta que quiera sorprendernos nuevamente con un álbum entero.

Pero Nach se mueve a su tiempo, indagando y reflexionando sobre eso que ve y le hace ruido, para conjugarlo con líricas y sonidos maravillosos que han sido reconocidos en premios tan importante como los Goya 2012, en la categoría de Mejor Canción Original.

Nacido en 1974 en Albacete, España, Ignacio Fornés Olmo se crió en Alicante donde no solo se forjó como rapero, sino que lo hizo a la par de una carrera de sociología. Probablemente es esa visión la que le permite crear canciones sobre temas diversos, mostrando su ojo analítico y crítico para poner a pensar a la audiencia con palabras acertadas y muy cuidadas.

Es así como Nach se convirtió en uno de los grandes referentes del rap en español, junto a figuras como Kase O o SFDK y todo en una época donde masificar la música y sobre todo, este tipo de música, era cuesta arriba.

Escuchando a las masas

Si hubo una vez que Nach escuchó a su audiencia fue en sus inicios, cuando originalmente se hacía llamar Nach Scratch. Allí notó que tanto periodistas como fans se equivocaban constantemente al escribir su nombre artístico, así que no dudó en simplificarlo, dejando el “rascar” de lado para convertirse únicamente en Nach.

Este poeta quien también funge como actor, poeta y escritor, hizo dupla con su inseparable “hermano de otra madre” Francisco Cañas, su mejor amigo quien si bien no rapea a su lado, sirve como su manager y consejero.

Tras el éxito de su primer trabajo discográfico, Nach tomó la decisión de cambiar de compañía y produjo su segundo disco (Poesía Difusa) con BOA Music. Lanzado en 2003, este disco fue el más vendido del género en todo el año, momento que el rapero aprovechó para atreverse a sacar un DVD en directo: Poesía Difusa en Directo, un hito para los exponentes del género grabado en Barcelona y con la participación de Arma Blanca, Lírico, Shuga Wuga, Titó y Quiroga, quienes acompañaron a Nach en la grabación del álbum original. Como era de esperarse, el DVD sirvió para duplicar los contratos y la popularización de la imagen del artista.

Fue así como la ACB lo contactó y contrató para que escribiera el himno para la Copa del Rey 2004-2005. La canción se llamó “Juega” y fue bien recibida por los amantes del deporte.

Canciones con conciencia

Nach se caracteriza por crear letras opuestas a doctrinas establecidas como el consumismo, la religión, el mercantilismo y la explotación laboral. Desde su propio privilegio, no duda en echar pestes sobre temas sociales y económicos e incluso, se ha atrevido a reconocer a sus fans latinoamericanos escribiendo líricas sobre la opresión y desigualdad que impera en el área. También se pone del lado de sus compatriotas y les comparte su sentir cuando España está en plena crisis.

Es que Nach conoce el valor de las palabras y cómo están pueden conectar con la audiencia: “yo cada vez confío más en la palabra (…) me he dado cuenta de cómo uniendo determinadas palabras de una determinada forma puedes llegar a conectar de una manera con la gente que no me había esperado nunca”. Lógicamente, sus seguidores sienten la misma conexión y siguen su trabajo que ha traspasado fronteras.

Poco a poco

Para un escritor innato como Nach, el bloqueo y el temor ante la página en blanco es ineludible. Sin embargo, la experiencia y el tiempo lo han llevado a controlar más la ansiedad cuando la musa parece haberse perdido. “Lo único que consigues es agobiarte y crearte una sensación de ansiedad que no te lleva a ningún lado (…) Voy día a día, y al final, vas buscando, porque en el fondo hay una biblioteca tan enorme dentro de la cabeza de uno, que empiezan a aparecer tantas historias, tantas imágenes, que al final vas cogiendo y vas cogiendo y siempre hay”.

Y vaya que las ha habido. Nach no solo escribe rap político, sino que nos sorprende con canciones sobre amor, amistad usando las palabras adecuadas en cada momento y cada verso.

A fin de cuenta, el mundo va evolucionando y cada momento debe ser analizado y escudriñado. Es así como no duda en aludir a Charles Chaplin en El Gran Dictador, escribiendo letras sobre la sociedad moderna, usando también conceptos complejos desarrollados por Sigmund Freud. Si bien su música sirve para entretener, escucharla con los oídos bien abiertos te permite educarte. “Mi música se actualiza y me alegro de seguir encontrando cosas nuevas qué decir”.

Nuevas áreas urbanas

Pero la música ha evolucionado y ahora su área, el rap y el hip hop se enfrenta a nuevos géneros urbanos como el trap y el reguetón. Nach no se anda con peleas, pues asegura que su interés es medirse consigo mismo y hasta dónde puede llegar su creatividad para formar frases innovadoras y que calen en la audiencia y en él mismo.

Sin embargo, reconoce que no todos los nuevos exponentes de la música urbana están en la misma página: “hay gente que respetar muchísimo a mi generación porque es lo que escuchó, de lo que aprendió y le inspiró y hay otros artistas que quieren eliminarnos porque piensan que ocupamos un sitio que ellos creen que les corresponde”, comentó a una publicación.

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